Jóvenes para un Mundo Mejor

25.04.2016 08:32

"Chicos: levántense, Jesús nos quiere en pie", el Papa alienta a los jóvenes en la misa jubilar

"Chicos: levántense, Jesús nos quiere en pie", el Papa alienta a los jóvenes en la misa jubilar 24-4-16     (RV).- Alrededor de 70.000 jóvenes participaron en la misa celebrada por el Papa Francisco en el V Domingo de Pascua con motivo del Jubileo de los chicos y chicas. Las...

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08.10.2014 05:30

Jóvenes Platenses quieren trabajar y estudiar por un mundo mejor.

  Jóvenes Platenses quieren trabajar por un mundo mejor. Se han propuesto aplicar lo que van aprendiendo en sus estudios para ayudar a otros que lo necesitan. Así realizan trabajos solidarios y de prácticas en barrios de las periferias de la ciudad de La Plata. Junto con un trabajo de...

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20.09.2014 11:59

Queridos jóvenes

 

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17.08.2014 09:06

"Juventud de Asia, levántate", el Papa en la misa conclusiva de la VI Jornada de la Juventud Asiática

16 Radio Vati (Radio Vaticana) “Ustedes son herederos de un gran testimonio, de una preciosa confesión”, el Santo Padre en la misa conclusiva del viaje a Corea, explica a los fieles el gran papel que tuvieron Paul Yun Ji-Chung y sus 123 compañeros mártires. Animando...

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15.08.2014 06:13

Papa Francisco a los Jóvenes

     

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01.07.2014 08:36

"No acontentarse con el ir pasando", el Papa en el mensaje dirigido a los jóvenes católicos holandeses

  2014-07-01 Radio Vaticana (RV).- En las Bienaventuranzas, pueden encontrar un programa de vida "nuevo, puro e intenso". Es parte del mensaje que el Papa Francisco dirigió a los jóvenes holandeses que participan estos días en el Festival Nacional de la Juventud Católica de los Países Bajos....

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30.06.2014 09:32

Creemos en el Dios que ama a los jóvenes

    www.goear.com/listen/cc0918e/creemos-en-el-dios-que-ama-a-los-jovenes-eduardo-meana   Creemos en el Dios que ama a los jóvenes     Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes. Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes.   Porque es un amor especial, un amor de...

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02.06.2014 19:18

El Papa Francisco y la Juventud

       

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02.05.2014 11:19

Una Tarea: CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR PARA TODOS.

Una Tarea: CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR PARA TODOS.   ¿Cómo hacerlo?   Son tantos los problemas, las injusticias. Nuestros medios parecen ser tan escasos. Somos pequeños, débiles, pecadores.   ¿Cómo hacerlo, Señor? ¿No parece una utopía irrealizable?   Nada...

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01.03.2014 09:27

Una utopía para los jóvenes

Una utopía para los jóvenes   · El Papa Francisco a la plenaria de la Comisión pontificia para América Latina · 28 de Febrero de 2014     Y recomendó memoria y discernimiento...

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Jóvenes Argentinos con el Papa.

La Esperanza renace por que el Señor nos muestra que

marcha junto a nosotros.


 


¡Vayan! Jesucristo cuenta con ustedes, la Iglesia cuenta con ustedes, el Papa cuenta con ustedes

2013-07-28 Radio Vaticana

(RV).- Fue el mandato que el Papa Francisco transmitió a más de tres millones de jóvenes el domingo por la mañana en la Santa Misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río, recordando la palabra de Dios que hoy nos indica: “Vayan”, “sin miedo”, “para servir”. El Obispo de Roma precisó que a donde nos envía Jesús no hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El Evangelio no es para algunos sino para todos, precisó el Santo Padre. “No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente.” El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. “Quisiera que este mandato de Cristo: “Vayan”, resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo”.
Homilía del Papa

Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos jóvenes
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bueno ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser un discípulo en misión. Hoy a la luz de la palabra de Dios que acabamos de oír, ¿Qué nos dice hoy el Señor? ¿Qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
1. Vayan. Durante estos días aquí en Río, ustedes han podido hacer la bella experiencia de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, sintiendo la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en la vida de ustedes, o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de la comunidad de ustedes. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más es compartida, transmitida, para que todos puedan conocer, amar y profesar a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, ¡Vayan!, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo Él. Ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Para dónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía para todas las personas. El evangelio es para todos, y no para algunas personas. No es sólo para aquellos que parecen más cercanos a nosotros, más abiertos, más acogedores. Es para todas las personas. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a todos los ambientes, hasta las periferias existenciales, incluidos aquellos que parecen más distantes, más indiferentes. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
De forma especial, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. El Brasil, América Latina, el mundo necesita de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del Evangelio, que marcó su camino y produjo mucho fruto. Ahora este anuncio se les ha confiado también a ustedes, para que resuene con fuerza renovada. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, de la creatividad y de la alegría que los caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, partió en misión cuando tenía apenas diecinueve años! ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino a recorrer por ustedes.
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías. Escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es Él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, ¡nunca deja solo a nadie! ¡Nos acompaña siempre!
Además Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo esta Eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que los ha rejuvenecidos a todos. ¡El joven contagia juventud! Pero es una etapa en el camino. Por favor, sígan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazón a los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos, tan audaces. ¡Sigan adelante y no tengan miedo!

3. La última palabra: para servir. En el inicio del salmo que proclamado escuchamos estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de nuestra vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la Vida de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. La vida de Jesús es una vida para los demás, es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que escuchamos hace poco, decía: «Me hice esclavo de todos, a fin de ganar el mayor número posible» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se hizo «esclavo de todos». Evangelizar significa testimoniar personalmente el amor de Dios, significa superar nuestros egoísmos, significa servir inclinándonos a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Tres palabras: “Vayan, sin miedo, para servir”. Siguiendo estas tres palabras “Vayan, sin miedo, para servir”, experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del Evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el Evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes, ¡Jesucristo cuenta con ustedes! ¡La Iglesia cuenta con ustedes! ¡El Papa cuenta con ustedes! Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén (RC-RV)

 


 

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VIGILIA DE ORACIÓN CON LOS JÓVENES

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro
Sábado 27 de julio de 2013

Vídeo

 

Queridos jóvenes

Al verlos a ustedes, presentes hoy aquí, me viene a la mente la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: repara mi casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil para reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.

También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. Queridos jóvenes el Señor hoy los llama. No al montón. A vos, a vos, a vos, a cada uno. Escuchen en el corazón qué les dice. Pienso que podemos aprender algo de lo que pasó en estos días: cómo tuvimos que cancelar por el mal tiempo la realización de esta vigilia en el Campus Fidei, en Guaratiba. ¿No estaría el Señor queriendo decirnos que el verdadero campo de la fe, el verdadero Campus Fidei, no es un lugar geográfico sino que somos nosotros? ¡Sí! Es verdad. Cada uno de nosotros, cada uno ustedes, yo, todos. Y ser discípulo misionero significa saber que somos el Campo de la Fe de Dios. Por eso, a partir de la imagen del Campo de la Fe, pensé en tres imágenes, tres, que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera imagen, la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra de construcción.

1. Primero, el campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra. Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca. Dios hace todo pero ustedes déjenlo hacer, dejen que Él trabaje en ese crecimiento.

Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. Creo que con honestidad podemos hacernos la pregunta: ¿Qué clase de terreno somos, qué clase de terreno queremos ser? Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en nuestra vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos. Yo les pregunto, pero no contesten ahora, cada uno conteste en su corazón: ¿Yo soy un joven, una joven, atontado? O somos como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir a contracorriente. Cada uno contestamos en nuestro corazón: ¿Tengo valor o soy cobarde? O somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22). ¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas, y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo? ¿Querer recibir la semilla de Jesús y a la vez regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta.  Hoy, sin embargo, yo estoy seguro de que la simiente puede caer en buena tierra. Escuchamos estos testimonios, cómo la simiente cayó en buena tierra. No padre, yo no soy buena tierra, soy una calamidad, estoy lleno de piedras, de espinas, y de todo. Sí, puede que por arriba, pero hacé un pedacito, hacé un cachito de buena tierra y dejá que caiga allí, y vas a ver cómo germina. Yo sé que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristianos a medio tiempo, no cristianos «almidonados» con la nariz así [empinada] que parecen cristianos y en el fondo no hacen nada. No cristianos de fachada. Esos cristianos que son pura facha, sino cristianos auténticos. Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad chirle que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido. ¿Es así, o me equivoco? ¿Es así? Bueno, si es así hagamos una cosa: todos en silencio, miremos al corazón y cada uno dígale a Jesús que quiere recibir la semilla. Dígale a Jesús: Mira Jesús las piedras que hay, mirá las espina, mirá los yuyos, pero mirá este cachito de tierra que te ofrezco, para que entre la semilla. En silencio dejamos entrar la semilla de Jesús. Acuérdense de este momento. Cada uno sabe el nombre de la semilla que entró. Déjenla crecer y Dios la va a cuidar. 

2. El campo, además de ser lugar de siembra, es lugar de entrenamiento. Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». A la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es pasión nacional. ¿Sí o no? Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Tiene que entrenarse y entrenarse mucho. Así es nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo, escribiendo a los cristianos, nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo; ¡algo más grande que la Copa del Mundo! Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Es lo que nos ofrece Jesús. Pero nos pide que paguemos la entrada. Y la entrada es que nos entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. A través del diálogo con él, la oración – “Padre, ahora nos va hacer rezar a todos, ¿no?” –. Te pregunto, pero contestan en su corazón, ¡eh! No en voz alta, en silencio. ¿Yo rezo? Cada uno se contesta. ¿Yo hablo con Jesús? O le tengo miedo al silencio. ¿Dejo que el Espíritu Santo hable en mi corazón? ¿Yo le pregunto a Jesús: Qué querés que haga? ¿Qué querés de mi vida? Esto es entrenarse. Pregúntenle a Jesús, hablen con Jesús. Y si cometen un error en la vida, si se pegan un resbalón, si hacen algo que está mal, no tengan miedo. Jesús, mirá lo que hice, ¿qué tengo que hacer ahora? Pero siempre hablen con Jesús, en las buenas y en las malas. Cuando hacen una cosa buena y cuando hacen una cosa mala. ¡No le tengan miedo! Eso es la oración. Y con eso se van entrenando en el diálogo con Jesús en este discipulado misionero.  Y también a través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración, los sacramentos y la ayuda a los demás, el servicio a los demás. ¿Lo repetimos juntos todos? “Oración, sacramentos y ayuda a los demás” [todos lo repiten en voz alta]. No se oyó bien. Otra vez [ahora más fuerte].

3. Y tercero: El campo como obra de construcción. Acá estamos viendo cómo se ha construido esto aquí. Se empezaron a mover los muchachos, las chicas. Movieron y construyeron una iglesia. Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia. Estos muchachos, estas chicas no estaban solos, en conjunto hicieron un camino y construyeron la iglesia, en conjunto hicieron lo de San Francisco: construir, reparar la iglesia. Te pregunto: ¿Quieren construir la iglesia? [todos: “¡Sí!”]  ¿Se animan? [todos: “¡Sí!”] ¿Y mañana se van a olvidar de este sí que dijeron? [todos: “¡No!”] ¡Así me gusta! Somos parte de la iglesia, más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia.  Chicos y chicas, por favor: no se metan en la cola de la historia. Sean protagonistas. Jueguen para adelante. Pateen adelante, construyan un mundo mejor. Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad. Jueguen adelante siempre. San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y miramos este palco, vemos que tiene forma de una iglesia construida con piedras vivas. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; cada uno de nosotros es una piedra viva, es un pedacito de la construcción, y si falta ese pedacito cuando viene la lluvia entra la gotera y se mete el agua dentro de la casa. Cada pedacito vivo tiene que cuidar la unidad y la seguridad de la Iglesia.  Y no construir una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Jesús nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a vos, a cada uno: «Vayan, hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí, Señor, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. ¿Se animan a repetirlo? Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. A ver ahora... [todos “¡Sí!”].  Después van a pensar lo que dijeron juntos...

Tu corazón, corazón joven, quiere construir un mundo mejor. Sigo las noticias del mundo y veo que tantos jóvenes, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en la calle. Son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas del cambio. Ustedes son los que tienen el futuro. Ustedes... Por ustedes entra el futuro en el mundo. A ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro, que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen la vida, métanse en ella, Jesús no se quedó en el balcón, se metió; no balconeen la vida: métanse en ella como hizo Jesús. Sin embargo, queda una pregunta: ¿Por dónde empezamos? ¿A quién le pedimos que empiece esto? ¿Por dónde empezamos? Una vez, le preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que había que cambiar en la Iglesia, para empezar: por qué pared de la Iglesia empezamos. ¿Por dónde – dijeron –, Madre, hay de empezar? Por vos y por mí, contestó ella. ¡Tenía garra esta mujer! Sabía por dónde había che empezar. Yo también hoy le robo la palabra a la madre Teresa, y te digo: ¿Empezamos? ¿Por dónde? Por vos y por mí. Cada uno, en silencio otra vez, pregúntese si tengo que empezar por mí, por dónde empiezo. Cada uno abra su corazón para que Jesús les diga por dónde empiezo.

Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «sí» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea.

 


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miércoles, 24 de julio de 2013

PRIMERA CATEQUESIS. Sed de esperanza, sed de Dios

 
 
Sed de esperanza, sed de Dios
Por Mons. Jorge Eduardo Lozano, Obispo de Gualeguaychú
 
Mons. Lozano dando la catequesis
 
1. Alegrías y sufrimientos de los jóvenes de hoy.
Los jóvenes suelen ser personas alegres, divertidas. Disfrutan de las fiestas, la música, el deporte, los amigos…
Están en actitud de búsqueda: de su lugar en el mundo, en la vida, en el propio grupo. Es el momento de elaborar un “proyecto de vida”. Quiero ser… ¿qué quiero ser? ¿Quién quiero ser? ¿Qué quiero alcanzar en la vida?
 
Es también tiempo de grandes ideales, de anhelar plenitud de la existencia. Brota en el corazón indignación por la injusticia, por la pobreza, por el atropello al ambiente. Búsqueda de verdad, bien y belleza. Búsqueda de libertad, paz, amor y justicia. Una vez un joven que estaba promediando la universidad me dijo: “si hubiera un lugar en el mundo en el cual no se haga daño, me voy para allá”. Pero eso lugar no existe ¿o sí? ¿A vos qué te parece? Yo tengo mi propia respuesta. En un momento te la comparto.
Jóvenes compartiendo
 
Otra característica que veo en los jóvenes es el deseo de estar conectados permanentemente. Las redes sociales, el teléfono móvil. Esto hace que por un lado haya poca privacidad, todo está expuesto. Sabés dónde están tus amigos, pero también sabés que no están con vos. Por eso, junto al estar hiperconectados también se dan experiencias de incomunicación, de profunda soledad, que pueden llevar también a la angustia.
Así como se da una gran valoración del grupo de amigos, o del club, o del estudio, también se presenta el miedo a ser rechazado, a perder… en el fondo, a no ser amado y valorado. Llega a darse en algunos grupos —especialmente de adolescentes— sentir la presión al consumo de alcohol, drogas, o conductas sexuales de riesgo.
Tienen todo el tiempo por delante. Pero a los logros los quieren de manera inmediata. Les cuesta la paciencia. Los fracasos suelen desmoralizarlos, y les cuesta reponerse. Suelen experimentar poca perseverancia ante la derrota.
Un psicólogo escribía que el paso de la adolescencia a la juventud madura se daba alcanzando la estabilidad en el amor y el trabajo. Justamente las dos dimensiones tienen sus dificultades. Por eso dicen que se prolongó la adolescencia casi hasta los 30 años de edad. Reflexionemos un rato acerca del amor y el trabajo en los jóvenes.
En el amor: se perciben dificultades para lograr relaciones afectivas estables. En un documento de la Conferencia Episcopal Argentina se describían como relaciones “emotivamente intensas, pero fugaces” (Navega Mar Adentro, año 2003). Como la luz del flash, que enceguece, pero no perdura.
 
Una sobrina de 23 años de edad a la que quiero mucho, pero que nos vemos poco, el año pasado me mostraba un tatuaje en su brazo y me decía: “esto es lo más permanente que logré conseguir hasta ahora”.
 
Se dice que ésta es una época marcada por la falta de certezas. Esto particularmente afecta a los jóvenes. Por eso se valora tanto el instante o el fragmento por sobre el futuro o el largo plazo. El amor eterno apenas se expresa como “para siempre mientras dure”.
También aparecen miradas pesimistas o negativas acerca del amor. Conversando con un amigo que es analista de cine, me hacía notar que algunas películas sobre vampiros, hombres-lobo, nos muestran incluso que no se puede amar sin hacer daño a la persona amada, arrancándole un pedazo o provocándole la muerte.
Y en el trabajo: en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe la falta de trabajo se da particularmente entre los jóvenes. También en Europa, ante la crisis, los primeros en quedar desocupados son los jóvenes; que además, si tienen empleo, suelen ser los de baja calidad, menor remuneración y con pocas garantías de perdurabilidad. Esta falta de estabilidad laboral y contar con un salario digno les dificulta y hasta impide que puedan formar familia.
Mons. Lozano imparte la bendición a una jóven
Ante esta realidad de incertidumbres, de dificultades para desplegar alas y volar, existen algunos riesgos que son muy serios.
Uno de ellos es el buscar refugio en “falsas ilusiones de felicidad y paraísos engañosos” (DA 443) sin consistencias, o “fabricarse” mundos de fantasía en los cuales todo funciona a la perfección, pero son tan falsos como un círculo con tres vértices.
Recordemos el diálogo de Jesús con la mujer Samaritana junto al pozo en el desierto. El maestro aprovecha aquella circunstancia para enseñarnos. Ella tiene que ir con su cántaro todos los días, pues el agua del pozo calma la sed momentáneamente. Jesús le habla de un agua viva que sacia de verdad.
Esa es la búsqueda del corazón humano. Los salmos lo expresan de manera muy bella “Mi alma tiene sed de Dios, cuando llegaré a ver su rostro” (Sal 41, 42). “Como busca la cierva corrientes de agua así te busca mi alma” (Sal 42).
San Juan de la Cruz, místico español, escribió: “¡El corazón humano no se satisface con menos de Infinito!”. Y ustedes, queridos amigos, lo experimentan en propia carne.
Los riesgos que podemos experimentar en el desierto son el agua contaminada y el espejismo. Una nos daña calmando momentáneamente la sed, pero provocando enfermedad y muerte; el otro nos hace gastar energías corriendo para alcanzar la nada, sumiéndonos en decepción que paraliza.
Ante las dificultades de la vida se hace presente el riesgo de la evasión. Querer escapar del mundo real por medio de la droga, el alcohol, la mentira, la hipocresía, la ludopatía, el consumismo… Caminos que no sacian la sed profunda del corazón.
Una bella canción de esta tierra que nos acoge canta con cierta melancolía: “la tristeza no tiene fin, la felicidad sí”.
Pero nosotros, creyente y peregrinos, reconocemos que no todo está perdido.
Compartiendo mates después del encuentro
 
2. Expectativas de una esperanza nueva
¿La esperanza es posible? ¡Claro que sí! Pese a que los mensajes que hay sobre los jóvenes sean negativos o pesimistas, nosotros sabemos que esa no es toda la verdad.
No es cierto que la juventud “está perdida” o “encerrada en su mundo”.
Me contaba un sacerdote que trabaja en barrios muy pobres (villas de emergencia o favelas) cómo una mamá jovencita (de 17años) hacía esfuerzos enormes para dejar la droga por amor a su niña.
Los jóvenes siguen soñando aún ante la adversidad. Y esos sueños son interrogantes proféticos que resuenan en el interior de la Iglesia. Cada corazón joven que late en este templo es un reclamo a nosotros. En muchos templos de Río de Janeiro hay millones de corazones juveniles que palpitan preguntando: ¿cómo ser felices para siempre? ¿Cómo alcanzar la perfecta alegría? ¿Cuál es el camino que me muestra mi madre, la Iglesia?
San Pablo, un apasionado por la vida y la esperanza, nos enseña que “la esperanza no quedará defraudada porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). Pese a que el mundo se ha ido secularizando, sin embargo, las búsquedas de espiritualidad nos siguen sorprendiendo gratamente. Sin oración, sin alabanza a Dios, quedamos como amputados en el alma.
 
3. Cristo nos ofrece la verdadera esperanza
Dejaba recién planteada la pregunta “¿cuál es el camino que me muestra mi madre, al Iglesia?”.
“Cristo es el camino, la verdad y la vida” (cfr. Jn 16, 4).
“La misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo tiene una destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas las dimensiones de la existencia, todas las personas, todos los ambientes de la convivencia y todos los pueblos. Nada de lo humano le puede resultar extraño. La Iglesia sabe, por revelación de Dios y por la experiencia humana de la fe, que Jesucristo es la respuesta total, sobreabundante y satisfactoria a las preguntas humanas sobre la verdad, el sentido de la vida y de la realidad, la felicidad, la justicia y la belleza. Son las inquietudes que están arraigadas en el corazón de toda persona y que laten en lo más humano de la cultura de los pueblos. Por eso, todo signo auténtico de verdad, bien y belleza en la aventura humana viene de Dios y clama por Dios.” (DA 380).
El Papa Francisco predicaba el Domingo de Ramos: “Nuestra alegría (…) nace (…) de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos!” (Papa Francisco, 24 de marzo 2013).
Un filósofo existencialista (Gabriel Marcel) decía: “Amar a alguien es decirle ‘tú no morirás jamás’”. Me acordaba de eso, y lo imaginaba a Jesús diciéndote “te amo, no morirás jamás”. El amor de Jesús es la firmeza de la esperanza. La Pascua de Cristo es nuestra victoria.
 
Al principio dejé abierta una pregunta “¿Es posible un mundo perfecto?”. Mi respuesta es ¡Sí! “¿Acá, en esta historia?” Eso cuesta un poco más, porque contamos con nuestra condición pecadora, con las grandezas y los límites del corazón humano. Hace unos años leí en un libro “paraíso es el mundo que se forma en torno a la persona que ama”. Y creo que de verdad es así.
 
La carta a los Hebreos usa la imagen del ancla para hablar de la esperanza. Un ancla que está con Jesús resucitado en el cielo, y a la cual nos aferramos. (cfr Hb.6, 17-20)
 
El Papa Francisco pedía a los jóvenes hace pocos días: “No se dejen robar la esperanza”. Y alguien puede preguntarse si es posible robarla. Sí. Cuando te dicen que nada va a cambiar, que ya todo está jugado, que es mejor salvarte vos que pensar en los demás. Quitarle sueños y posibilidades de desarrollo a los jóvenes es robarles la esperanza. Y con jóvenes sin esperanza, el mundo está más cerca de su propia destrucción. Con los ojos puestos en Jesús, y confiando en su amor, beban del agua que calma de verdad.
 
Es comunitaria. Somos un pueblo con esperanzas.
 
+Jorge Eduardo Lozano
Obispo de Gualeguaychú
ARGENTINA
 

 


Los jóvenes “aspiran a una vida grande”, Papa Francisco

2013-07-23 Radio Vaticana  El Papa Francisco transcurrió su primera noche en Río de Janeiro, tras haber llegado ayer por la tarde en un recorrido desde el aeropuerto que puso a dura prueba el servicio de seguridad.

Este martes, según el programa establecido, el Papa debería descansar… Y esta tarde a las 19,30 con la santa Misa que presidirá el arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro, Mons. Orani Joao Tempesta, se abrirá la XXXVIII JMJ en espera de la fiesta de acogida de los jóvenes del jueves 25 de julio.

Quienes viven y trabajan aquí manifiestan su gran entusiasmo por el encuentro con el Obispo de Roma, que se reunirá con los jóvenes del mundo para recordarles que con Cristo el corazón no envejece jamás, aunque tenga 70 u 80 años.Como lo afirmó el pasado 24 demarzo en la Plaza de San Pedro, ante 200 mil personas, en el entonces Domingo de Ramos y cuando era Papa desde hacía poco más de diez días.

Y más recientemente, cuando se publicó su primera encíclica, escrita “a cuatro manos” con Benedicto XVI (quien cedió al Papa sus apuntes en la elaboración de esta carta, Lumen fidei, la luz de la fe), Francisco, en el capítulo dedicado a la fe y la familia, escribe que son sobre todo los jóvenes, los que atraviesan una edad tan compleja, rica e importante para la fe, quienes deben sentir la cercanía y la atención de la familia y de la comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe.
En efecto el Papa Francisco recuerda que todos hemos visto cómo, en las Jornadas Mundiales de la Juventud, los jóvenes manifiestan la alegría de la fe, el compromiso de vivir una fe cada vez más sólida y generosa. Porque el Papa sabe que los jóvenes “aspiran a una vida grande”. De hecho es el período de la vida de los grandes ideales, ente los cuales también está el del encuentro con Cristo, “el dejarse aferrar y guiar por su amor”, que “amplía el horizonte de la existencia”, dándoles esa esperanza sólida que no defrauda.
Pero Francisco va más allá, con esas frases incisivas que nos invitan a pensar. En efecto el Papa escribe: “la fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades”.
En este primer viaje apostólico internacional del Papa Francisco, con motivo de la JMJ de Río de Janeiro participarán once mil sacerdotes, mil quinientos obispos y sesenta cardenales, además de sus protagonistas, los jóvenes. Seguramente las palabras del Santo Padre harán muy bien a este enorme país sudamericano en el que los católicos siguen siendo mayoría, pero con un descenso en comparación con los decenios anteriores que los coloca en el 64 y 68 por ciento…
Desde Río de Janeiro, María Fernanda Bernasconi, Radio Vaticano (MZ-RV)

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¡El Papa ya está en Rio! “Traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo”

 

2013-07-22 Radio Vaticana

(RV).-"Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: ‘La paz de Cristo esté con ustedes’”, fueron las primeras palabras de Francisco en Rio de Janeiro la tarde del lunes 22 de julio durante la ceremonia de bienvenida que se desarrolló en el jardín del Palacio Guanabara, en presencia de las más altas autoridades del Estado, el Cuerpo Diplomático y varios cientos de invitados institucionales. Antes de este primer encuentro oficial, el Papa quiso tener otro encuentro: desde su salida del aeropuerto el Obispo de Roma, abordando un pequeño automóvil plateado, abrió la ventana del vehículo que lo transportaba para que las personas pudieran verlo mejor y para poder saludar y bendecir a quienes lo esperaban en las calles. Las imágenes eran las mismas que hemos visto los últimos meses en Roma durante las audiencias generales: el auto avanzando lentamente y deteniéndose para permitir al Papa saludar, bendecir, besar a la gente. Tantos niños - como en la Plaza de San Pedro - le eran acercados por los policías para que el Santo Padre los acaricie y bendiga. El protocolo fue “roto” también en Rio con este primer encuentro directo no programado con la población. Para llegar a su primera cita oficial en Guanabara, la sede de la gobernación de Río de Janeiro, el Papa cambió el auto con el papamóvil y luego un helicóptero. La ceremonia protocolaria de recepción y el primer encuentro privado con la presidenta Dilma Rousseff, inició con una hora de justificado retraso.
Volviendo al primer acto oficial del Papa en Brasil, luego de las palabras de saludo de la presidenta, Francisco recordó en su discurso haber llegado para la Jornada Mundial de la Juventud, para encontrarse con jóvenes venidos de todas partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor. “Ellos - precisó el Obispo de Roma- quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: ‘Vayan y hagan discípulos a todas las naciones’”. Más adelante en su saludo el Pontífice aseguró que “los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa”.
Discurso completo del Santo Padre Francisco durante la ceremonia de bienvenida

Señora Presidente,
Distinguidas Autoridades,
Hermanos y amigos
En su amorosa providencia, Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil, nación que se precia de sus estrechos lazos con la Sede Apostólica y de sus profundos sentimientos de fe y amistad que siempre la han mantenido unida de una manera especial al Sucesor de Pedro. Doy gracias por esta benevolencia divina.
He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes».
Saludo con deferencia a la señora Presidenta y a los distinguidos miembros de su gobierno. Agradezco su generosa acogida y las palabras con las que ha querido manifestar la alegría de los brasileños por mi presencia en su país. Saludo también al Señor Gobernador de este Estado, que amablemente nos acoge en el Palacio del Gobierno, y al alcalde de Río de Janeiro, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante el gobierno brasileño, a las demás autoridades presentes y a todos los que han trabajado para hacer posible esta visita.
Quisiera decir unas palabras de afecto a mis hermanos obispos, a quienes incumbe la tarea de guiar a la grey de Dios en este inmenso país, y a sus queridas Iglesias particulares. Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor.
Como es sabido, el principal motivo de mi presencia en Brasil va más allá de sus fronteras. En efecto, he venido para la Jornada Mundial de la Juventud. Para encontrarme con jóvenes venidos de todas las partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor. Quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: «Vayan y hagan discípulos a todas las naciones».
Estos jóvenes provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los una por encima de cualquier diferencia.
Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: « Vayan y hagan discípulos»; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados.
Al comenzar mi visita a Brasil, soy muy consciente de que, dirigiéndome a los jóvenes, hablo también a sus familias, sus comunidades eclesiales y nacionales de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones.
Es común entre ustedes oír decir a los padres: «Los hijos son la pupila de nuestros ojos». ¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora.
La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; eso significa tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente que responda a su sed de auténtica felicidad, suscitando en él la creatividad del bien; entregarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para que sea protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos. Con estas actitudes, precedemos hoy al futuro que entra por la ventana de los jóvenes.
Al concluir, ruego a todos la gentileza de la atención y, si es posible, la empatía necesaria para establecer un diálogo entre amigos. En este momento, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa. Pasado mañana, si Dios quiere, tengo la intención de recordar a todos ante Nuestra Señora de Aparecida, invocando su maternal protección sobre sus hogares y familias. Y, ya desde ahora, los bendigo a todos. Gracias por la bienvenida.
(RC-RV)

 

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Primer día en Río de Janeiro
 
Con la canción oficial de la JMJ 2013 sonando frente al mar de la playa de Copacabana y el sol brillando a pleno en un cielo celeste, van y vienen grupos de jóvenes peregrinos provenientes de distintos puntos del globo, muchos de ellos argentinos. Vivan a Jesús, al Papa y a sus lugares de procedencia.
 
Conversamos en el mediodía del domingo 21 de julio con un grupo del Colegio Corazón de María de la provincia de Córdoba, Argentina. Leonardo, Juan Cruz, Emiliano son la muestra del entusiasmo que despierta la presencia del Papa Francisco en tierra latinoamericana. Tenían prevista para la tarde una misión en la playa en la que, identificados con carteles y realizando gestos de cercanía, harían visible el mensaje de Jesús, “una nueva forma de evangelizar” decía Leonardo.
 
Podrán acceder al AUDIO de esa entrevista haciendo click aquí.soundcloud.com/oficinaprensacea/entrevista-j-venes-cordobeses

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Buen Viaje

Aprovechen las  JMJ para conocer, seguir y amar más al Señor, 

y amarse más entre ustedes.

Recuerden que el mundo necesita un empujón y ustedes se lo pueden dar.

No se olviden de mandarnos sus comentarios y aportes


 

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Conoce a otros jóvenes que quieren construir un Mundo Mejor Para Todos,

llevando el mensaje de Jesús hasta los confines de la tierra.

 

 

 

 

 

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Queridos Jóvenes.

Se acercan rapidamente las JMJ Rio 2013.

Para ir calentando el corazón y el espíritu, les dejamos aquí un mp3,

con palabras que el Beato Papa Juan Pablo II les transmitía

a los Jóvenes del mundo entero, en las JMJ de 1987,

en la Ciudad de Buenos Aires, en la República Argentina.

Verán ustedes que el mensaje es el mismo, por cuanto nuestra Fe no cambia.

Que bueno sería que comenten con sus padres estas palabras,

que ellos recibieron cuando eran jóvenes.

Y así fruto del diálogo nos demos todos fuerzas,

para construir Juntos la civilización del amor,

para transformar este mundo de hoy, en un mundo mas fraterno, mas humano.

 

 

 



Escucha esto y mas en Chirbit

 

 

 El twitter del Papa:          TWITTER @PONTIFEX_ES

 

12/06/2013
Hoy, muchas de las pobrezas morales y materiales vienen del rechazo de Dios y de poner en su lugar a tantos ídolos.

 

 

Queridos Jóvenes

Si ustedes recorren nuestra WEB, verán que comentamos en varias oportunidades

que Argentina tenía que cambiar, que esta nación tiene una tarea que cumplir y que 

el Mundo espera algo de nosotros.

Luego de esto es elegido Papa el Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco.

Pero creemos que nuestra tarea no termina ahí.

¿Se han dado cuenta de cuantos hermanos jóvenes latinoamericanos

están estudiando en nuestras universidades ?

¿No podemos juntos con ellos, construir un mundo mejor?

En algún momento ellos volverán a sus países, a su gente.

Si nosotros los hemos recibido como hermanos, como hijos,

si les contagiamos nuestro deseo de seguir a La Verdad, al Bien, 

¿creen que no volverán con ganas y fuerzas

de transformar sus países y sus culturas?

Son signos que nos hacen pensar............

Pongámonos a trabajar, a trabajar Juntos por un Mundo Mejor

 

 

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Francisco a los jóvenes: tengan un corazón grande y encuéntrenlo en Jesús
El papa improvisa un diálogo con los estudiantes de las escuelas de los Jesuitas

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 07 de junio de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco recibió hoy en el Aula Pablo VI en el Vaticano, a las 11,45 de la mañana, a unos ocho mil jóvenes estudiantes de las escuelas gestionadas por los Jesuitas en Italia y en Albania, con sus profesores y sus padres. Estuvieron presentes también en el encuentro numerosos exalumnos, representantes de los movimientos juveniles ignacianos y de parroquias ligadas a los Jesuitas. Tras las intervenciones de algunos educadores y alumnos, tomó la palabra el santo padre.

Y dejando de lado el discurso preparado rompió el esquema y les dijo: “Son al menos cinco páginas, es un poco aburrido... Hagamos una cosa: yo hago un resumen y lo entregaré al padre Lombardi para que lo tengan escrito. Y en cambio alguno de ustedes me hace una pregunta”, y añadió: “¿Les gusta esto?, bueno vamos por aquí”.

Y, después de indicar que es necesario “apostar por los grandes ideales”, invitó a encontrar la magnanimidad “con Jesús, en la contemplación de Jesús”, porque “magnanimidad significa caminar con Jesús”.

Invitó también a no tener miedo de ser libres, y aludió a la necesidad de balancear esos pasos entre la “seguridad y la zona de riesgo” buscando nuevas formas de educación no convencional según la necesidad de los lugares, tiempos y personas”. Después de estas palabras uno de los jóvenes le preguntó: “Intento ser fiel, pero tengo dificultades. Quería pedirle alguna palabra para sostenerme en este crecimiento y sostener a los jóvenes como yo”.

Francisco: “En el arte de caminar lo importante no es no caerse, pero no quedarse caído. Levantarse en seguida, rápido, y seguir caminando”. Y añadió caminar solo es feo y aburrido. Caminar en comunidad con los amigos, con aquellos que nos quieren, esto nos ayuda, nos ayuda a llegar a la meta a la cual nosotros tenemos que llegar”.

Una niña, Sofía, le preguntó al papa si aún ve a los amigos: “Soy papa desde hace solamente dos meses... Mis amigos están a 14 horas de avión desde aquí, están lejos. Pero les cuento una cosa: tres de ellos vinieron a visitarme y saludarme, y los veo y me escriben y los quiero mucho. No se puede vivir sin amigos”.

La pequeña Teresa le preguntó: “Pero querías ser papa?

Y Francisco le respondió: “Una persona que quiere ser papa no se quiere mucho, ¿eh?, Yo no he elegido ser el papa...”

Sobre por qué eligió la residencia de Santa Marta para vivir respondió: “No es solamente una cuestión de pobreza, para mi es un problema de personalidad... Tengo necesidad de vivir entre la gente, si viviera solo un poco aislado no me haría bien”.

Y les recordó a los presentes que la pobreza en el mundo es un escándalo “un grito en un mundo en el que hay tantas riquezas, tantos recursos” y para “todos”. Y añadió que “no se puede entender cómo existan tantos niños con hambre, sin educación, tantos pobres”. Y debemos pensar “si podemos volvernos un poco más pobres” para “asemejarnos más a Jesús”.

Interrogado sobre si era difícil seguir la vocación y dejar todo, el papa respondió: “Hay dificultades. Pero es tan lindo seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, que uno balancea y va hacia adelante. Después llegan los momentos más bellos. Pero nadie tiene que pensar que en la vida no vayamos a encontrar dificultades”. Y añadió: “También yo quisiera hacer una pregunta, ahora: ¿Cómo piensan ustedes ir adelante a pesar de las dificultades? ¡No es fácil! Pero tenemos que ir adelante con fuerza y con confianza en el Señor: con el Señor todo es posible”.

El santo padre les animó y recordando las dificultades del mundo subrayó: “La crisis que en este momento estamos viviendo es una crisis de la persona”, porque “hoy lo que cuenta no es la persona sino el dinero”. E invitó a “liberarse de las estructuras económicas que nos esclavizan”.

A otro de lo niños le indicó que no conoce Sicilia, al menos por ahora, pero sí “la bellísima región”, gracias a la película Kaos, que se inspira en las cuatro narraciones de Pirandello.

Preguntado sobre la tarea de los cristianos en política, ha explicado que es un deber trabajar por el bien común: "Implicarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros los cristianos no podemos jugar a ser Pilatos, lavarnos las manos: no podemos. Debemos entrar en la política, porque la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos deben trabajar en política. Usted me dirá: 'Pero no es fácil'. Pero ni siquiera fácil es hacerse sacerdote. No hay cosas fáciles en la vida: no es fácil. La política es demasiado sucia, pero yo me pregunto: es sucia, ¿por qué? ¿Porque los cristianos no han entrado con espíritu evangélico?... es fácil decir: 'la culpa es de aquél'. Pero yo, ¿qué hago? Pero, ¡es un deber! ¡Trabajar por el bien común es un deber de cristiano! Y muchas veces la vía para trabajar es la política".

En la conversación con los jóvenes, Francisco, al ser preguntado varias veces sobre los males de la sociedad, ha elevado la mirada al corazón del hombre: "No os dejéis robar la esperanza. Por favor: no os la dejéis robar. ¿Y quién te roba la esperanza? El espíritu del mundo, las riquezas, el espíritu de vanidad, la soberbia, el orgullo... todas estas cosas te roban la esperanza. ¿Dónde encuentro la esperanza? En Jesús pobre: Jesús que se ha hecho pobre por nosotros. Y tu has hablado de pobreza. La pobreza nos llama a sembrar esperanza".

Con fuerza, el papa Francisco ha remarcado la centralidad de la experiencia: "No se puede hablar de pobreza, de pobreza abstracta: ¡esa no existe! La pobreza es la carne de Jesús pobre, en aquél niño que tiene hambre, en aquél que está enfermo, en aquellas estructuras sociales que son injustas... Ir, mirar por ahí la carne de Jesús. ¡Pero no os dejéis robar la esperanza por el bienestar, por el espíritu del bienestar que al final te lleva a llegar a ser nada en la vida! El joven debe apostar por altos ideales: este es el consejo. Pero la esperanza, ¿dónde la encuentro? En la carne de Jesús sufriente y en la verdadera pobreza. Hay una relación entre los dos".

Los cantos, los aplausos, la conmoción y la alegría con que los jóvenes habían acogido al papa Francisco, lo despidieron de nuevo al término de este encuentro extraordinario con los jóvenes de las escuelas de los Jesuitas en Italia y en Albania.

 


Twitter del Papa Francisco :       TWITTER @PONTIFEX_ES
 
04/06/2013

 

Cristo nos guía a salir cada vez más de nosotros mismos, para entregarnos y servir a los demás.

 

 

03/06/2013
A veces sabemos lo que debemos hacer, pero nos falta el ánimo. Aprendamos de María saber decidirnos, con la confianza puesta en Dios.
 
 
02/06/2013
La lógica mundana nos empuja hacia el éxito, el dominio, el dinero; la lógica de Dios, hacia la humildad, el servicio y el amor.
 
 
 
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"La santidad, no es impecabilidad,

sino luchar por no caer,

y si por desgracia se ha caído, luchar

por levantarse y seguir caminando."

 

Juan Pablo II


¿Haz Probado Asociarte con el ESPIRITU SANTO?.........................


Queridos Jóvenes

 

¿Quieren conocer que significa la santidad de la Vida?.

 

Vean esta película.

 

Esperamos sus comentarios.


Queridos Jóvenes

 

Conocemos su realidad. 

Conocemos sus necesidades.

Sabemos que son como un colibrí, con mucha fuerza, alegría.

Sabemos que viven en la era de la velocidad y la imagen.

No queremos cambiarlos.

Solo queremos presentarles a un AMIGO.

A una PERSONA.

Que los QUIERE y que los necesita.

Para ello, trataremos de mostrarles el camino.

¿Cómo?

Primero siendo Jóvenes nosotros también en nuestro corazón.

Después con unas frases semanales, cortas, sencillas que nos

hagan reflexionar y pensar.

Que nos hagan ver a este AMIGO en nuestras vidas.

Empecemos hoy con esta frase:

 

"Hoy, más que nunca, el camino es la santidad:

ser testigos veraces de lo que se cree

y se ama y vivirlo en fraternidad."

 

Cardenal Jorge Mario Bergoglio

 

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Tema: Jóvenes para un Mundo Mejor

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Queridos Jóvenes

Ustedes son el presente y el futuro de nuestra sociedad.

Necesitamos de su alegría, de su fuerza, de su esperanza para lograr un Mundo Mejor para todos.

Hoy iniciamos esta sección en Remar Mar Adentro, con el deseo de contar con su ayuda.

Esperamos sus comentarios y aportes.

Para expresar nuestro sentir y nuestro deseo para con ustedes, queremos hacer nuestras,

las palabras que el Papa Emérito Benedicto XVI les expresó, en la Jornada Mundial de la Juventud de 2012:

 

«Para entrar en la alegría del amor, estamos llamados también a ser generosos, a no conformarnos con dar el mínimo, sino a comprometernos a fondo, con una atención especial por los más necesitados. El mundo necesita hombres y mujeres competentes y generosos, que se pongan al servicio del bien común. Esforzaos por estudiar con seriedad; cultivad vuestros talentos y ponedlos desde ahora al servicio del prójimo. Buscad el modo de contribuir, allí donde estéis, a que la sociedad sea más justa y humana. Que toda vuestra vida esté impulsada por el espíritu de servicio, y no por la búsqueda del poder, del éxito material y del dinero».

 

Vientos nuevos están soplando.

Es hora de levar anclas y zarpar mar adentro.

El mundo nos necesita y nuestras vidas tambien necesitan un cambio.

Juntos, con diálogo, inteligencia, esperanza, fe y por sobre todo AMOR, lo podremos realizar.

 

Remar Mar Adentro