Para avanzar en la construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad, hay cuatro principios.......

14.01.2014 11:58

 

 
El tiempo es superior al espacio

222. Hay una tensión bipolar entre la plenitud y el  límite. La plenitud provoca la voluntad de poseerlo todo, y el  límite es la pared que se nos pone delante. El  «tiempo», ampliamente considerado, hace referencia a la plenitud como expresión del  horizonte que se nos abre, y el  momento es expresión del  límite que se vive en un espacio acotado. Los ciudadanos viven en tensión entre la coyuntura del  momento y la luz del  tiempo, del horizonte mayor, de la utopía que nos abre al  futuro como causa final  que atrae. De aquí  surge un primer principio para avanzar en la construcción de un pueblo:  el  tiempo es superior al  espacio.

223. Este principio permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos. Ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el  dinamismo de la realidad. Es una invitación a asumir la tensión entre plenitud y límite, otorgando prioridad al  tiempo. Uno de los pecados que a veces se advierten en la actividad sociopolítica consiste en privilegiar los espacios de poder en lugar de los tiempos de los procesos. Darle prioridad al  espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en el  presente, para intentar tomar posesión de todos los espacios de poder y autoafirmación. Es cristalizar los procesos y pretender detenerlos. Darle prioridad al  tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios. El  tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno. Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrol larán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí  convicciones claras y tenacidad.

224. A veces me pregunto quiénes son los que en el  mundo actual  se preocupan realmente por generar procesos que construyan pueblo, más que por obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil , rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana. La historia los juzgará quizás con aquel criterio que enunciaba Romano Guardini :  «El  único patrón para valorar con acierto una época es preguntar hasta qué punto se desarrolla en ella y alcanza una auténtica razón de ser la plenitud de la existencia humana, de acuerdo con el  carácter peculiar y las posibilidades de dicha época».[182]

225. Este criterio también es muy propio de la evangelización, que requiere tener presente el  horizonte, asumir los procesos posibles y el  camino largo. El  Señor mismo en su vida mortal  dio a entender muchas veces a sus discípulos que había cosas que no podían comprender todavía y que era necesario esperar al Espíritu Santo (cf. Jn 16,12-13). La parábola del  trigo y la cizaña (cf. Mt 13,24-30) grafica un aspecto importante de la evangelización que consiste en mostrar cómo el  enemigo puede ocupar el  espacio del  Reino y causar daño con la cizaña, pero es vencido por la bondad del  trigo que se manifiesta con el  tiempo.

 
 

 

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