La santa Pobreza

24.03.2014 18:16

 

Señor, he conocido a una señora que me ha cautivado, me ha hecho pensar y desear seguirla.

Tú la conoces bien, por cuanto te has desposado con ella y muchos amigos tuyos también  lo han hecho.

Hasta mirando a mi alrededor observo que toda la creación la toma como compañía. Solo los hombres 

la rechazamos, porque estamos embelesados con espejitos de colores, somos necios, locos.

Perdónanos Señor, estamos confundidos.

¿Cómo puedo entablar una conversación con ella?, ¿Cómo puedo dejarme guiar por su mano?

Dando vueltas y vueltas no encuentro salida, solo saco una conclusión, si Tú no me llevas a 

encontrarme con ella, nunca podré alcanzarla, nunca seré como Tú, como tu Madre María, 

como tu Padre, José.

Al menos puedo pedírtelo, repetir su nombre hasta cansarme, cantar su nombre en cada paso, 

en cada camino, en cada senda que recorro.

Creo que voy a empezar a hacer eso, gritar su nombre a todos los vientos, quizás así ella 

me escuche y me espere:

                                                                          ¡¡¡ POBREZA !!!   

                                                                          ¡¡¡ POBREZA !!! 

                                                                   ¡¡¡ SANTA POBREZA !!! 

Sí, quiero ser un POBRE de DIOS, que no es otra cosa que un hombre colgado de su Voluntad, 

de su Providencia, de su Misericordia. Un Hombre que no se queja, hace lo que está de su parte 

y espera, por cuanto sabe que todo está pesado y medido por las amorosísimas manos de su Padre Dios, 

que sabe, puede y quiere su bien.

Este es mi camino y mi meta, y sé con certeza, que al final de él la encontraré.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 6, 26-34 ; 7,7-8

6:26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
6:27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? 
6:28 ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. 
6:29 Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. 
6:30 Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! 
6:31 No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?"
6:32 Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. 
6:33 Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. 
6:34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

7:7 Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. 
7:8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. 

 

 

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