La realidad es más importante que la idea

22.01.2014 18:54
 
El Papa Francisco en la exhortación Evangelii Gaudium, nos decía:
 
221. Para avanzar en esta construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad, hay cuatro principios relacionados con tensiones bipolares propias de toda realidad social . Brotan de los grandes postulados de la Doctrina Social  de la Iglesia, los cuales constituyen «el  primer y fundamental  parámetro de referencia para la interpretación y la valoración de los fenómenos sociales».[181].
 
Estos principios son:
 
* El tiempo es superior al espacio
 
* La unidad prevalece sobre el conflicto.
 
* La realidad es mas importante que la idea.
 
* El todo es superior a la parte.
 
En artículos anteriores, desarrollamos con textos de la citada exhortación el primer  y segundo principio. 
Ahora es el turno del tercero de ellos:
 
La realidad es más importante que la idea
 
231. Existe también una tensión bipolar entre la idea y la realidad. La realidad simplemente es, la idea se elabora. Entre las dos se debe instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad. Es peligroso vivir en el  reino de la sola palabra, de la imagen, del  sofisma. De ahí  que  haya que postular un tercer principio:  la realidad es superior a la idea. Esto supone evitar diversas formas  de ocultar la realidad:  los purismos angélicos, los totalitarismos de lo relativo, los nominalismos  declaracionistas, los proyectos más formales que reales, los fundamentalismos ahistóricos, los eticismos sin bondad, los intelectualismos sin sabiduría.
 
232. La idea –las elaboraciones conceptuales– está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la realidad. La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos  ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada  por el razonamiento. Hay que pasar del  nominalismo formal  a la objetividad armoniosa. De otro modo, se  manipula la verdad, así  como se suplanta la gimnasia por la cosmética.[185] Hay políticos –e incluso  dirigentes religiosos– que se preguntan por qué el  pueblo no los comprende y no los sigue, si  sus propuestas son tan lógicas y claras. Posiblemente sea porque se instalaron en el  reino de la pura idea  y redujeron la política o la fe a la retórica. Otros olvidaron la sencillez e importaron desde fuera una  racionalidad ajena a la gente.
 
233. La realidad es superior a la idea. Este criterio hace a la encarnación de la Palabra y a su puesta en práctica:  «En esto conoceréis el  Espíritu de Dios:  todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios» (1 Jn 4,2). El  criterio de realidad, de una Palabra ya encarnada y siempre buscando encarnarse, es esencial  a la evangelización. Nos lleva, por un lado, a valorar la historia de la Iglesia como historia de salvación, a recordar a nuestros santos que inculturaron el  Evangelio en la vida de nuestros pueblos, a recoger la rica tradición bimilenaria de la Iglesia, sin pretender elaborar un pensamiento desconectado de ese tesoro, como si  quisiéramos inventar el  Evangelio. Por otro lado, este criterio nos impulsa a poner en práctica la Palabra, a realizar obras de justicia y caridad en las que esa Palabra sea fecunda. No poner en práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es edificar sobre arena, permanecer en la pura idea y degenerar en intimismos y gnosticismos que no dan fruto, que esterilizan su dinamismo.
 
 
 

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