JESÚS LLORA POR NOSOTROS..................
19.11.2015 09:54
EVANGELIO DEL DÍA
Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 41-44
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".
Jesús llora por nosotros, por nuestras familias, nuestras comunidades, por su iglesia, por todo el mundo.
Es que tantas veces nos olvidamos de Él, de su Vida , de su Camino, de la Verdad. Le hemos dado la espalda a su Palabra, a su Vida y por eso andamos como andamos. Sin Paz, enojados, descarriados. Sin alegría. Sin la alegría de la Buena Noticia. Esa Buena Noticia que es que a pesar de todo lo que somos, Dios nos ama y nos ama con un amor Misericordioso, nos perdona y nos espera.
Falta poquito para comenzar el AÑO DE LA MISERICORDIA, un tiempo para volver a la casa del Padre. Un tiempo para reconciliarnos con Él y con nuestros hermanos, hasta diríamos con toda la creación.
Pero para ello, Jesús necesita de gente que lleve su MISERICORDIA a todos lados y esa es nuestra tarea, ser MISERICORDIOSOS. Y lo seremos si nos nutrimos de Jesús, de su Cuerpo, de su Palabra. Si nos relacionamos con Él como nuestro amigo, Salvador, como el Hijo, Dios hecho hombre.
Jesús, enséñanos también a nosotros a LLORAR, a no ser indiferentes a nada ni a nadie.
Nuestros medios son limitados, pero tu eres Dios.
Del mismo modo que tantos de nuestros hermanos te clamaron y te claman, enséñanos a rogarte por este mundo que se aleja de Ti, por tantos que sufren y son despreciados y olvidados, por tantos que se pierden, por no dejarte entrar a su casa.
Señor, queremos escucharte, amarte, imitarte o más bien dicho, queremos que Tú, vivas en nuestra vida. Amén.
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