El Reino de Dios está cerca y debemos anunciarlo a todos

El Reino de Dios está cerca y debemos convertirnos.

Este es el anuncio que debemos como bautizados hacer a todos,

desde donde nos encontremos hasta los confines de la tierra.

¿Cómo haremos este anuncio?

CREYENDO en el Reino de Dios, que es Jesús mismo entre nosotros.

Siguiendo sus mandatos con nuestra vida.

Meditemos la oración del CREDO de los apóstoles, para que nos sirva

de guía para anunciar con nuestra vida, que Dios está entre nosotros.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Un Padre bueno que nos cuida, que nos quiere, que todo lo hace para nuestro bien.

Un Padre que nos espera, si nos hemos alejado, que nos exige, porque quiere que crezcamos.

Vemos en todo lo creado su amor y su predilección.

Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, 
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en Jesús, nuestro Señor, nuestro Redentor, que se hizo Hombre para pagar por nuestras culpas, 

con su muerte y resurrección Él nos salvó y solo nos pide que respondamos a ese Amor con amor.

Creo en Jesús que nos dejó a su Madre, para que nos cuidara, como lo cuidó a Él.

Creo en Jesús, que conociendo nuestra debilidad, se quedó en la Eucaristía, para que poco

a poco nos transformemos en Él.

Creo en el Espíritu Santo, 

Nuestro santificador, nuestro aliento.

Señor y dador de Vida.

Sin Él nada podríamos hacer, por eso le pedimos, le rogamos,

que nos haga sus intrumentos, que venga a nuestras vidas

creo en la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

La santa Madre Iglesia, que por intermedio de ella recibimos la gracia,

que nos guía, nos conduce, nos alienta en el camino hacia el Señor.

Que es un pueblo, una familia, la familia de Dios.

Allí recibimos la ayuda de nuestros hermanos, sus oraciones, sus sacrificios,

allí entregamos los nuestros.

Allí recibimos la fuerza, el alimento para el camino.

Allí nos encontramos con la Misericordia de Dios

creo en la resurección de la carne y la vida eterna. 

Sí, creemos que algún día estaremos, por la gracia de Dios, junto a Él, veremos su rostro y

en esta vida trabajamos para llegar a esa Vida Eterna, 

tratando de escuchar su Palabra,

de seguirla con nuestra vida, 

y de anunciar su alegría a todos.

Amén

Que así sea Señor, que todo esto se haga vida en nosotros.

Para tu mayor Gloria, para nuestro bien y el de todos los hombres del mundo.

El Reino de Dios está entre nosotros.

Desde Remar Mar Adentro queremos seguirle, queremos anunciarlo, allí donde nos toca vivir, en cada 

circunstancia de cada día, en el trabajo, en el estudio, en el mercado.

¿ Nos ayudan ?..............

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